1 de marzo de 2012

Hoy hace un año

La famosa bloggera Heather "Dooce" Armstrong dice que hay que seguir escribiendo. Incluso en los momentos en los que resulta demasiado doloroso siquiera pensar en escribir, hay que continuar haciéndolo.

Sin embargo, a veces resulta particularmente difícil proseguir cuando la realidad a tu alrededor te abruma y especialmente cuando la dichosa labor de la palabra se convierte en una obligación más allá de una necesidad o de un placer personal.  

Mi cuñada (a la que amo), dice que no importa lo que escribas, mientras escribas algo. Como cualquier creador sabe, la disciplina lo es todo y una parte muy importante del proceso es mantener engrasada la maquinaria creativa para evitar la oxidación de las ideas. Pero preservar ejercitada tu lírica es una tarea de tiempo completo que necesita de cierto combustible especial para seguir funcionando adecuadamente y en algunas ocasiones el puro deseo de escribir no es suficiente.

En cualquier disciplina, regresar a las canchas después de algún tiempo de ausencia es difícil, más aún cuando te das cuenta de que no solamente tienes que luchar en contra de tu propia discapacidad si no además tienes que reconquistar también a tu audiencia y resulta aún más complicado cuando tu propio público te rompió el corazón.

Así es amables lectores, no lo digo en forma de reclamo simplemente fue una realidad que me golpeó demasiado fuerte y demasiado profundo en el ego, haciéndome una herida de esas que son difíciles de sanar.

Déjenme explicarme un poco mejor, como todos mis colegas sabrán, para que una campaña publicitaria funcione de manera adecuada, forzosamente debe de seguir las 3R’s: reconocimiento, recordación y repetición, una vez cumplidas las 3R’s se puede decir que es una campaña exitosa. Más o menos lo mismo aplica con la letra escrita, con la letra impresa y con los formatos alternativos como éste. Para que una idea, una noticia o un sentimiento llegue o se transmita de mi cabeza a la suya a través de algún medio, debe de cumplir con los mismos principios o se convierten en meros disparos en la oscuridad.

A través de ésta y otras publicaciones “más exitosas” y con “mayor audiencia” creí haber cumplido con mis 3R’s, pero en un análisis más a detalle pude descubrir que no estaba ni cerca de la verdad.

Me emocionó mucho la respuesta de mi público al Mail Cumpleañero del año pasado. Pensé que al romper mi récord de audiencia con más de 150 descargas en YouSendIt y con las 30 consultas en línea a través de Issuu.com (sin contar las 36 de Epílogo y las 24 de Prólogo) por lo menos había alcanzado un sólido 100 en número de lectores, descontando los que dobletearon en ambas plataformas o los que bajaron la edición en su oficina y en su casa. Y probablemente si llegué a un número cercano, pero en este caso pude darme cuenta de que la cantidad no tenía nada que ver con la calidad y que había fallado miserablemente al momento de transmitir mi mensaje. Me había creído mis propias estadísticas de vanidad y la frialdad de los números me golpeó en pleno rostro.

En reconocimiento, obtuve el peor feedback de la historia, nadie comentó o quiso comentar acerca de Epílogo/Prólogo ni tampoco acerca de El Mail Cumpleañero. La reseña que obtuve fue prácticamente nula y la reacción emocional por parte de mis lectores probablemente fue la peor en la historia del proyecto.

Como cada año sucede, debido al contenido, se esperan los unfollows y los unfriends en las redes sociales y éste año fue especialmente brutal, de más de 200 “amigos” en Facebook actualmente tengo 131 y de más de 150 followers en Twitter apenas alcanzo 118 seguidores (muchos agregados en este año), pero a pesar del alto número, esas “pérdidas” ya estaban de alguna manera calculadas y contempladas. Lo que nunca me imaginé fue que entre esos números rojos se colaran fieles lectores de El Mail Cumpleañero e Internet@s. Y no me refiero a meros entusiastas de la publicación si no a personas que comentaron y apoyaron desde el principio a ambos proyectos y que en algún momento incluso reclamaron su ausencia. Perdí a 9 lectores “de cajón”, pero lo realmente doloroso, es que 4 de ellos de plano me retiraron su amistad para siempre, así sin mayor trámite o explicación.

Como si eso no hubiera sido poco, en recordación (esa horrible palabreja pero así escribe y se usa, ni modo) estaba aún peor. El mensaje fue tan tenue, tan poco claro o tan mal enviado que al mes ya nadie se acordaba de lo que había leído o ya no le importaba (si es que en algún momento le importó a alguien).

Una de las misiones primordiales de El Mail Cumpleañero e Internet@s, era mantener al tanto de mi vida y mis actividades a mi familia, amigos y conocidos que por tiempo, ocupación o distancia es difícil tener un contacto frecuente y creía que por lo menos esta función “informativa” se cumplía cabalmente con cada edición, hasta que me di cuenta que ni en mi propia familia se cumplía este objetivo. La banda me seguía preguntando por hechos, situaciones o personas que (según yo) había dejado un status claro y preciso en las páginas de mis escritos. Me vi nuevamente contando mis historias una y otra vez a lectores a los que personalmente les había enviado el material y que en años anteriores habían sido muy opinativos y hasta intensos con lo que recibieron. Con posteo de materiales anteriores pude darme cuenta que la parte “no informativa” de ambos proyectos tampoco tenía alta recordación, muchos asiduos lectores me alabaron de nuevo por una nota que ya habían comentado ellos mismos cuando fue publicada originalmente y con tristeza descubrí que mi mensaje había tocado menos corazones de los que en un principio pensé.

Lo que llena más el ego de un escritor después del reconocimiento público es quizás la repetición. Cuando alguien cita alguno de tus textos, es como una mamada en público (eso no lo dije yo, si no mi amigo Francis Rohn también escritor). Es quizás uno de los premios al ego más gratificantes y necesarios de la labor escrita. Cualquier copy, sabe que escribió la línea apropiada o el jingle perfecto si es reproducido en otro medio aún a manera de burla, es un reconocimiento del público que a muchos les apena recibir pero que es claramente necesario para mantener la vanidad viva. Y en ese departamento también fracasé estrepitosamente, mis contenidos jamás fueron reproducidos a otros medios ni se me brindó el reconocimiento por líneas que yo consideré particularmente brillantes y bien cuidadas, dignas de ser citadas o usadas libremente por mis amigos, colegas y detractores.

Después de el desgaste emocional y físico que me significó escribir y diseñar todo el proyecto Epílogo/Prólogo El Mail Cumpleañero 2011 y luego de recibir una respuesta tan pobre de parte de mi apreciable público, terminé con el corazón roto en mil pedazos. Me decepcionó muchísimo darme cuenta que algo a lo que le dedicaste tanto tiempo y esfuerzo sea tan fácilmente olvidado y superado. Algo dentro de mí se rompió cuando me enteré que mis contenidos no eran ni entretenidos, ni interesantes para la banda. Todo ese trabajo de años, toda esa labor de amor no había servido ni siquiera para llegar a las personas para las que originalmente fue creada.

Pero como diría Roger Ascham, el aprendizaje enseña más en un año que la experiencia en veinte y decidí ser más práctico con esta nueva información. Si había fracasado tan sonoramente en mis intentos por transmitir ideas, información y sentimientos, seguramente había equivocado el método, el medio y la forma, si iba a seguir escribiendo, debía intentar nuevas formas de hacerlo y romper con todos los paradigmas. 

Para lograrlo debía de darle un buen término a ambos proyectos, que a pesar de todo, si me regalaron muchas satisfacciones inesperadas y porque mis pocos lectores lo valen. Decidí aplazar el número final de Internet@s, anunciado para el 11/11/11 y planear mejor la conclusión del proyecto para finales del 2012. En cuanto al Mail Cumpleañero y por tener una fecha de lanzamiento ya determinada, decidí usar lo planeado para el número final de Internet@s y aprovechar el trabajo avanzado para que las fechas no me abrumaran de nuevo. 

Así que en Julio 26, esperen la conclusión de El Mail Cumpleañero y a finales de año llegará el prometido número final de Internet@s la revista. Ahora si con la promesa de que serán los últimos y serán épicos.

Pero no todo está perdido, gracias a mi amigo Finísima Persona y a su triunfal regreso a las canchas, me di cuenta de que este desgastante proceso lo sufrimos todos los que nos dedicamos a esta labor fecunda y creadora, y que siempre hay espacio para darle oportunidad a nuevos medios y a nuevos públicos, por eso decidí darle una segunda oportunidad a éste blog y convertirlo en la vía para filtrar todos esos contenidos que quedaron pendientes de publicar y para crear nuevas formas de comunicación e interacción con el público.

No prometo periocidad alguna y aunque tengo muchos posts que se quedaron en la sala de edición, me gustaría mantener esta vía libre de compromiso y usarla cuando sienta la necesidad creativa de hacerlo.

Hace un año prometí que a pesar de mi reticencia le daría una oportunidad al blog y hoy reitero mi compromiso, espero que me acompañen a descubrir como evoluciona o se transforma en algo más grande, por lo pronto solamente puedo prometerles que las buenas cosas siempre llegan a los que saben esperar.

Les quiero.

Aldo Meneses
1° de Marzo 2012