4 de marzo de 2011

Eblogución


When I get to the bottom,
I go back to the top of the slide,where I stop and I turn
and I go for a ride,‘till I get to the bottom
and I see you again

Helter Skelter
Paul McCartney


Fue un jueves 1° de marzo de 1999, cuando surgió la primera encarnación de Internet@s. Por eso era imperativo para mí, en mi constante búsqueda de fechas significativas, que sucediera justo en esta fecha el lanzamiento del blog.

Hace 12 años las cosas eran muy diferentes, la red mexicana era virgencita y hasta recibir spam en tu cuenta de correo te causaba una emoción y éxtasis indescriptibles, porque eso significaba que te habías convertido en un cibernauta, que ya eras parte de la modernidad, que eras el pionero de la nueva tecnología, sin saber que en poco tiempo esa misma tecnología dominaría tu vida y el mundo entero.

Sin embargo en esa bella época cuando este concepto nació, nadie podría predecir lo que el internet y las redes sociales cibernéticas afectarían nuestra vida cotidiana ni cómo transformarían nuestra forma de comunicarnos e interrelacionarnos con los demás.

Eran tiempos más sencillos y ésta herramienta de comunicación fue diseñada para los modestos alcances de la época. La premisa era bastante sencilla: la creación de un medio de comunicación público, gratuito y de fácil acceso por medio del cual mis amigos y yo pudiéramos comunicarnos y transmitir libremente y sin censura nuestras ideas y opiniones acerca de los tópicos más diversos, que a veces por tiempo o por situaciones sociales, no teníamos la oportunidad de transmitir, discutir o profundizar en ellos. ¿Les suena Familiar? que suerte tiene Zuckerberg de que yo sea tan disperso.

En fin, así surgió el concepto de una “revista virtual” pa’ los cuates y por los cuates, en la que sin mayores pretensiones, discutiríamos un tema de actualidad al azar y expondríamos nuestros puntos de vista con la única intención de generar nuevas formas de identificación y entendimiento entre nosotros.

Abriendo esta línea de comunicación, todas nuestras amistades podrían tener acceso a las ideas y opiniones de cada quién, para que pudiéramos platicarlas, comentarlas, discutirlas, argumentarlas o simplemente dar a conocer nuestros puntos de vista y que se pudiera armar la polémica. Esperando lograr que con el tiempo, esta comunicación no verbal estrechara un poco más los lazos afectivos existentes en nuestra comunidad y abriera nuestras mentes a conocer conceptos innovadores, a entender o a aceptar otras ideas y a analizar nuevas formas de pensar y de vivir o simplemente diferentes a las propias. 


En el planteamiento original, traté de crear un concepto ligero y cotidiano, que funcionara a través de la retroalimentación, sugiriendo algunos temas sin restringirlos necesariamente a un formato específico o a una fecha de edición, básicamente era un mail glorificado al que cada quien le agregaría su estilo personal y en el que hablaríamos de cualquier cuestión interesante del momento.

La primera edición incluía algunas secciones o artículos que hablaban de temas sociales, política, espectáculos y deportes, siguiendo una línea editorial sin censura, sin pretensiones y en la medida de lo posible imparcial, manteniendo el tradicional estilo humorístico, ligero, desenfadado, crítico, satírico y políticamente incorrecto de anteriores publicaciones.

Pero el difícil acceso a internet, la incompatibilidad de sistemas operativos, las diferencias en las versiones de los programas y aplicaciones, y sobre todo la limitada capacidad de transmisión, recepción y almacenamiento de datos en los sistemas de correo no ayudaron a la difusión del proyecto y la “primera temporada” de Internet@s se estrelló y encendió estrepitosamente.

Decepcionado por el fracaso, canalicé mis instintos editoriales y de escritor frustrado por otras vías, participé como villano invitado en proyectos de amigos y colegas, pero esencialmente la mayor parte de mi trabajo editorial la invertí en satisfacer las necesidades comerciales de algún cliente o en creaciones completamente personales e íntimas.

Ente mis proyectos personales más importantes obviamente está “El Mail Cumpleañero”. Fue el primer planteamiento editorial en llegar al mainstream y lograr una respuesta colectiva decente. Año con año, el proyecto ha crecido, se ha hecho masivo, generando seguidores, expectativa y buenos comentarios en muchas partes del cibermundo, convirtiéndose en una tradición anual que ha inspirado a otros autores para el nacimiento de proyectos similares y que ha generado un público cautivo que nunca imaginé tener. Éste y otros proyectos alternos son los antecesores directos de la segunda generación del Internet@s.

Al entender el éxito de otras publicaciones, supe que para que el concepto de Internet@s pudiera sobrevivir tenía que cambiar, tenía que convertirse en un medio de expresión más personal, que buscara apelar a sentimientos más profundos y provocar reacciones más íntimas en mis lectores, porque si lograba conseguir un público más amplio, la retroalimentación del mismo me ayudaría a crear los contenidos y a que la difusión de las ideas tuviera un propósito mayor al de solamente entretener.

Así surgió la segunda encarnación de Internet@s. Durante los siguientes cinco números, la fórmula parecía funcionar, el concepto se adaptaba e iba siendo modificado según el gusto de mis lectores, solidificándose en algunas partes y creando nuevas formas de complacer, entretener y divertir al apreciable público.

Jamás me imaginé la respuesta que recibiría, en poco menos de un año se convirtió en un fenómeno cultural, en el sabor del mes, en la droga de moda, todos querían su internet@s, todos necesitaban su internet@s, todos exigían su internet@s, la banda pedía más y con mayor frecuencia, sin darme cuenta, el monstruo que yo mismo había creado, me había rebasado, el efecto bola de nieve creció hasta que fue demasiado grande para que yo pudiese controlarlo y detenerlo.

A pesar de ser una experiencia harto gratificante y divertida, la demanda y el ritmo de producción fueron demasiado para mí. Intenté mantener la regularidad mensual pero me fue imposible, traté con ediciones especiales pero nunca prosperaron ni tuvieron buena acogida por parte de mis lectores, probé incluso fusionarla con “El Mail Cumpleañero” pero también fracasé, no importaban los ajustes que intentara, siempre fue demasiado poco para mí y para mi público y esa tan prometida tercer temporada de internet@s jamás se produjo.

Cuando editar internet@s dejó de producirme placer y empezó a convertirse en una obligación, decidí que lo más sano y sensato sería dejarlo descansar por un tiempo y dedicarme a otros proyectos menos demandantes. Siempre he pensado que si le pierdes el gusto a algo que disfrutas hacer, es momento de dejarlo respirar y dedicar tus esfuerzos a otras cosas que te produzcan más alegría o que te rindan más dividendos. Sin embargo pasaron muchos años para que tuviera de nuevo la calma y sacara el proyecto del baúl de los recuerdos.

Fue justo para celebrar el décimo aniversario que decidí desempolvar el proyecto. Con la nueva tecnología a mi favor y al alcance de la mayoría de mis lectores, pude darle una reformateada al concepto y ofrecer un Internet@s más apegado a mi visión ideal del proyecto. Sin embargo, se convirtió en mi Episodio I. La mayor parte del asiduo público y sobre todo el nuevo, no entendió que pretendía al hacer esta especie de recapitulación de todo lo que se había acumulado los últimos años y el renacimiento del proyecto no tuvo la aceptación de anteriores ediciones de Internet@s, fue más un ejercicio de redención y liberación del alma que un reboot de la franquicia. Después de éste sonoro fracaso, decidí cerrar el ciclo de internet@s y dejar que el tiempo se encargara de borrar las heridas.


Pero esa necesidad de comunicar me devolvió de nuevo hasta aquí. A pesar de que el restrictivo formato de el blog me limita a explayarme tanto, decidí que lo realmente importante no es el tamaño del texto si no el contenido del mismo y que mis lectores aún podrían apreciar y disfrutar lo que ha hecho de internet@s un fenómeno cultural y una experiencia social divertida y gratificante: compartir.


Muchas cosas han pasado desde aquel Número 0 de Marzo de 1999, pero lo esencial sigue radicando dentro de cada uno de nosotros, esa necesidad de compartir lo que somos, lo que pensamos y lo que sentimos, de entender y apreciar lo que nos hace únicos y especiales, de proyectar nuestros sueños e ilusiones y de sentirnos parte de algo más grande y con mayor relevancia que le dé un significado distinto a nuestras vidas.


Así nos encontramos una vez más, doce años después de aquella loca idea que se convirtió en leyenda, a los nuevos lectores les doy la bienvenida al maravilloso mundo de internet@s, a los viejos conocidos los invito a adentrarse de nuevo en la experiencia y a todos les recuerdo que este esfuerzo no es nada sin su retroalimentación. Para muchos ha sido una larga espera, pero por fin ha llegado el momento de compartir el viaje de nuevo con ustedes.


Mis lectores saben que he abusado de éste cierre en demasiadas ocasiones, pero al momento de unirse a ésta celebración ninguna frase parece encajar mejor que la del famoso Prince cuando dijo que:

“Tonight I’m going to party like it’s nineteen-ninety-nine…”


Escojan su versión favorita:


Celebren conmigo:

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